San Ignacio – Nonoava
La región de Humariza fue de las primeras constatadas por los misioneros jesuitas en la Tarahumara a principios del siglo XVII. Al poco tiempo de la fundación de la Misión de Nuestra Señora de Montserrat de Nonoava (1675) a cargo de los misioneros Jesuitas, se produce la reducción del pueblo de Humariza por el P. Pedro Ignacio de Loyola o más probablemente por el P. Francisco de Arteaga, como pueblo de visita de la misión de Nonoava. El templo tiene su origen en el siglo XVIII, alrededor de 1725, cuando se reporta una población de 100 familias, encontrándose a cargo de la misión del P. Antonio de Ydiáquez, Humariza dejó de ser visita de Nonoava en la década de 1760, y pasó a ser visita de la misión de Norogachi o San Pablo de Tepehuanes.
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ANTES
Durante la restauración del techo del templo fueron encontradas cinco ménsulas con policromía, no sólo en sus cabezales sino también en la sección del cuerpo que va enterrado entre el pretil de la techumbre y el terrado. Esto quiere decir que dichas ménsulas fueron realzadas a partir de vigas policromadas que posible en parte de su estructura presentaban daños, y fueron parte de ellas reutilizadas como ménsulas.
La inscripción de 1833 hace pensar que estas ménsulas hayan sido fabricadas en esta fecha a partir de vigas previamente pintadas en una época anterior, seguramente originales. Aunque es importante hacer notar que existe algunas diferencias de talla entre éstas, no habiendo sido talladas todas por igual.
Los estudios no invasivos como Fluorescencia de Rayos X (XRF), Espectroscopia UV-VIS-IR y colorimetría, así como fotografía UV y Falso Color con la participación del Instituto de Física de la Universidad Autónoma de México.
Los estudios realizados permitieron comprobar los resultados obtenidos por el espectrómetro Infrarrojo FTIR y microscopia óptica previamente realizados: El pigmento rojo eta realizado a base de óxidos de hierro (tierras rojas) y el negro es orgánico, obtenido ya sea por la combustión de madera o hollín.
Una inscripción en una de las vigas habla de otra intervención que se realizó en el año de 1830 por el gobernador indígena José Ventura. La inscripción dice textualmente “GOBERNADOR; JOSE; BENTURA; MAMARE; MZO: 3. D.1830”, pero no dice si la intervención fue obra mayor, o fue solamente la decoración de las vigas, hecha con la misma pintura de la firma. Aunque la decoración ha desaparecido de casi toda la techumbre, hay rastros de un diseño sencillo en colores rojo, negro y blanco.
INVERSIÓN 570,000.00pesos
ETAPA I
Liberación de elementos añadidos en muros interiores y exteriores, liberación de cubierta plana con insectos xilófagos y cubierta a dos aguas.
Reintegración de cubiertas de lámina y con policromías, así mismo la integración de aplanados de cal-arena en interior y exterior.
- Fondo de Apoyo a Comunidades para Restauración de Monumentos y Bienes Artísticos de Propiedad Federal (FOREMOBA, 2015).
Suministro e instalación de tres ventanas de madera. Se realizó por parte del maestro albañil y el sacerdote el empotramiento de sagrario en nicho destinado para ello en muro de presbiterio al igual que el montaje de una base para la colocación de la imagen de San Ignacio de Loyola.
Integración de pintura a la Cal, instalación y montaje de luminarias tipo LED para cubierta de madera. Colocación de pasamanos y escalones de cantera, entrega de ménsulas de madera con policromías.
Los trabajos se realizaron bajo la aprobación y supervisión del INAH y se recibieron periódicamente los reportes de obra, así como la visita de inspección final de los trabajos.