Nuestro Padre San Ignacio
La misión de Papajichi forma parte de un asentamiento mestizo cuya advocación original estaba dedicada a San Ignacio, pero que hoy en día lleva el nombre de ‘La Virgen de Guadalupe de Papajichi’. Paul M. Roca manifiesta en su libro “Spanish Jesuit churches in Mexico’s Tarahumara” (1979) que, hacia el año de 1725, Papajichi estaba compuesta por 130 familias y que Pedro Martini, sacerdote de Norogachi, construyó en este sitio la primera iglesia.
El paisaje que rodea a la iglesia es bastante rústico, cuenta con un pequeño río y algunas casas que aparecen dispersas en el valle. En general para la fabricación de sus viviendas los habitantes de Papajichi utilizan técnicas de construcción y materiales típicos de la región. El terreno sobre el que está construido el templo es una planicie que presenta cierta inclinación que va de norte a sur, detrás de la iglesia el valle se eleva bruscamente formando pequeños acantilados de piedra. De las dos campanas originales únicamente una se conserva ya que la segunda fue robada y no pudo ser recuperada.
El valor histórico del conjunto conventual de la Misión de la Virgen de Guadalupe de Papajichi se sustenta en la formación de una población establecida por la corona española, según la cual, a una orden religiosa, se le concedía la administración de un territorio con el fin de adoctrinar, evangelizar e implementar las ordenanzas de población proferidas por la corona española en el siglo XVI.
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El templo es una construcción religiosa típica de las edificadas por los jesuitas en la Sierra Tarahumara, utiliza materiales y técnicas tradicionales de la región, como lo son el adobe, la piedra, el mortero de barro, los techos de la madera de pino, etc. La nave se desplanta con forma de un rectángulo irregular, en la que los muros laterales se estrechan a medida que llegan al altar, enfatizando así la perspectiva interior. La construcción original de este templo está compuesta por una nave, una sacristía y un convento, dos atrios complementan el resto del conjunto. Una entrada enmarcada por un arco y un campanario de adobe, piedra y madera, conforman los elementos más importantes de la fachada principal de la nave
El convento que antecede a la iglesia es utilizado por los pobladores como el “Comerachi”, es cual es un lugar de reunión de las mujeres tarahumaras, en el que descansan y preparan los alimentos para las celebraciones. Para este uso se construyeron algunos bancos de adobe localizados a lo largo de los muros del convento. La importancia del “Comerachi” va más allá de ser el lugar de descanso y de preparación de la comida, en realidad es un espacio fundamental para la vida social de los pobladores ya que también funciona a manera de casa de huéspedes, enfermería, almacén, etc.
INVERSIÓN 380,000.00 pesos
ETAPA I
Aplanados exteriores, refuerzo del muro “comerachi”, se reconstruyó parte de las columnas del pergolado que habían sido colapsadas por la nieve.
Se consolidaron agrietamientos estructurales con amarre de adobe. Se limpió el lugar para la colocación de baldosa de cantera en piso.
- SECTUR
En el templo no se celebran misas ya que no hay un sacerdote que las oficie; en su lugar la gente de la región debe viajar a Norogachi para atender sus celebraciones religiosas. En años recientes, por parte de Misiones Coloniales de Chihuahua A. C., y como parte del programa “Una Misión para Chihuahua: 50 Misiones Coloniales”, se realizó un proyecto de restauración y conservación de este monumento histórico, en el que se consideró la remoción de elementos dañinos, reparación de deterioros y establecer un plan de mantenimiento.