Misiones Franciscanas

Los misioneros franciscanos llegaron a México junto con Hernán Cortes  y comenzaron su actividad misional incluso antes de la caída de Tenochtitlán en 1521.

Algunos años después, durante la segunda mitad del siglo XVI, llegaron junto con los conquistadores al actual norte del país, el primer gobernador de la Nueva Vizcaya, Francisco de Ibarra era gran simpatizante de esta orden por lo que les fue posible iniciar la fundación de varias misiones en esta región, comenzaron por Durango para luego extenderse a Chihuahua y Sonora, siendo los primeros en misionar en nuestro estado con la  fundación del Valle de San Bartolomé durante la segunda mitad del siglo XVI.

Según las divisiones eclesiásticas de la época, las misiones creadas en la Nueva Vizcaya, quedaron incorporadas administrativamente a las provincias de San Francisco de Zacatecas y del Santo Evangelio de Nuevo México,  en el actual territorio del estado de Chihuahua, la primera llego a tener más de 40 sitios misionales y  la segunda alrededor de 20 ubicados principalmente a lo largo de la frontera con Texas y Coahuila.

Los Franciscanos se ocuparon de la evangelización especialmente de las tribus indígenas de los valles y desiertos del estado, entre los que podemos mencionar principalmente a los Tepehuanes y Conchos, dejando la sierra y los Tarahumaras en manos de los Jesuitas, aunque después de 1767 cuando estos fueron expulsados, se hicieron también cargo de algunas de sus misiones, un ejemplo es el de la misión de San Ángel Custodio en Satevó, Batopilas, la cual es de fundación jesuita pero el templo que existe actualmente en el lugar fue construido por los franciscanos.

Fuentes: Zacarías Márquez Terrazas, “Misiones de Chihuahua siglos XVII y XVIII”